lunes, 22 de abril de 2013

Donde Ahorrar un millón de pesos

Hace poco salió en el diario La Republica un artículo que mostraba que los rendimientos de una cuenta de ahorro ni siquiera contrarrestan los efectos de la inflación. De hecho la gente que tiene menos de cinco millones de pesos podrían tener rendimientos negativos a cuenta de las cuotas de manejo de la tarjeta débido y los cobros de ciertas transacciones.


Los CDTs, las carteras colectivas, las fiducias, los  fondos de pensiones voluntaria y otros pueden rentar de 2% a un 3% adicional a lo que dé la inflación. Si tienes más de 100 millones de pesos cada 0.1% adicional significarían $100.000  más  al año, cantidad interesante de dinero.  Pero si tienes menos de cinco millones de pesos estamos hablando de menos de $5.000 al año. Como diría el genio de las matemáticas Nicolás Maduro hay una mitad mayoritaria y otra minoritaria, es decir la rentabilidad de los diferentes mecanismos es la misma pero no mucho. 

Si  le preguntamos a una persona que está empezando a ahorrar si hay alguna diferencia entre una rentabilidad de 5.4% a 5.5% con justa razón te dirá que no la hay. Que si está a la vista, que si hay que dejarla equis o ye días antes de un retiro, que si es AAA o AA+ realmente no le va a importar.

Supongamos que eres una persona que con algo de esfuerzo ha logrado ahorrar $1'000.000 y tiene que escoger entre un CDT o un Fondo. Uno le renta 6% y el otro 7% anual. En el primero se ganará $60.000 y en el otro $70.000 en un año. No suena tan mal, ahora quitémosle el efecto de la inflación y obtenemos 35.600 contra 45.600. Es decir, que si se ahorra un millón al año nos ganamos el valor de entre 3 y 4 hamburguesas o podremos invitar a la mamá a cenar... pero que no sea un sitio muy caro.  Y la diferencia entre un CDT y un fondo sería el de dos porciones de papas en la invitación. De hecho puede que pierda la rentabilidad en el solo hecho de reclamar el dinero, si contamos el tiempo perdido en el banco.

Entonces, ¿qué podemos hacer?. Les voy a contar una historia familiar,  como ya es constumbre de este blog.  Cuando yo era niño pensaba que mis padres eran muy pobres, yo veía como los padres de mis amigos y mis primos compraban el mercado en limpios y aseados supermercados como Carulla, Pomona, etc. Y a mi y a mis hermanos nos subían en el campero de la familia viajabamos a Corabastos (al otro lado de la ciudad) y mis padres duraban horas haciendo mercado, en vez de lindas bolsas plásticas traían guacales de madera llenos de frutas y verduras, costales completos de papas y yucas etc.  No suena tan mal, ¿cierto? Solo que Corabastos huele a diablos y a medida que el día iba pasando y salía el sol, el olor empeoraba cada vez más, el espacio en el campero empezaba a ser ocupado por el mercado, el olor, el calor y la orden de dejar las ventanas arriba para que no nos robaran era un suplicio. Más aún si mi padre se encontraba un bagre gigante.

Ahí no terminaba todo, al día  o la semana siguiente viajabamos hasta Chía a comprar la carne, y mi padre no compraba una librita o dos, compraba la carne por arrobas y llevaba su propia báscula para que no lo robaran.

Una vez, no aguanté más y le hice el reclamo a mi padre. El carro no tenía aire acondicionado, ni alarma y siempre me llevaban para cuidarlo mientras hacían mercado aguantándome el hedor de Corabastos. Papi:  ¿Por qué no compramos el mercado en un supermercado como las demás personas? ¡Estamos perdiendo todo el día acá y uele a diablos! y a mi mamá le toca llegar a separar la frutas y verduras, congelarlas y tiene que porcionar la carne para meterla en un inmenso congelador que teníamos en casa. Mi padre me miró con esa cara de estar criando a un pequeño yuppie dos estratos más que él y  lanzó una de sus frases máximas: ¡El dinero no se gana trabajando, si no gastándolo!. No le pude entender un pito.

En mi casa nunca había ni salchichas, ni jamón, pero sobraba la carne. Nunca había gaseosa, pero sobraba el jugo (sobretodo de guayaba). No había comida de paquete, pero siempre había frutas. Nunca desayunamos Zucaritas con su lindo tigre y su juguete de regalo, siempre había chocolate y huevos ( a veces con longaniza).

Me tomó varios años darle la razón a mi padre. Cuando me casé y vi el primer mercado que hizo mi esposa lo comprendí. Parecia el mercado de un niño de 5 años: galletas dulces y de sal, papas de paquete, salchichas de paquete, salchichas de lata, jamón de paquete, latas de atún, zucaritas, chococripies, milo, yogures en vasitos pequeños, chocorramos, ponqués gala, jugos artificiales etc. Y luego su reclamo de que había quedado sin dinero para el resto del mes.

Empecé a analizar el costo del mercado de mi esposa y descubrí que los alimentos procesados valen entre 4 y 5 veces más que su materia prima en el mismo supermercado. Y luego hice una visita a un mercado mayorista y descubrí que las frutas y verduras eran dos o tres veces más caras en un supermercado de barrio comparadas con una central de abastos. También descubrí que a más pequeño el paquete es más caro el producto.

Se ahorra en el gasto


Mientras un CDT o un Fondo te ofrecen un 6% a 7% anual, un consumidor inteligente puede obtener rentabilidades del 20% a 30% mensual con el solo hecho de cambiar sus hábitos de consumo, sin que esto implique una merma significativa en su calidad de vida. En la historia que les conté nunca hablamos de aguantar hambre, todo lo contrario: sobraba la comida y de hecho la alimentación de mi padre era más saludable al no tener conservantes.

Recomendaciones prácticas:
  • Comprate un congelador gigante. Dije congelador, no nevera. 
  • Busca el carnicero más económico que encuentres en tu ciudad o alrededores y negocia con él. Dile que vas a comprarle mucho y que te debe hacer un descuento a cambio de fidelidad. Comprale toda la carne que puedas congelar, la carne dura meses en perfecto estado en el congelador y de hecho pasado cierto tiempo empieza a madurar y mejorar. Yo por ejemplo compro entre $200.000 a $300.000 en carne de primera: chatas y punta de anca y me sale un 20% a 40% más barata que en supermercado.
  • Porciona la carne en los pedazos exactos que vas a asar o freir. Y empacalos en bolsas ciudando que no se toquen los unos con los otros para que no se peguen. 
  • Aprovecha, los descuentos. Muchas veces las carnicerias ofrecen descuentos del 20% o 30% sobre los precios de lista. Aprovecha tu congelador.
  • Haz lo mismo con el pescado, el cual puedes conseguir super barato en ciertas temporadas.  Por ejemplo al finalizar Semana Santa.
  • Aprende que frutas se pueden congelar sin perder su sabor y calidad. Lulos, maracuyas, piñas,  moras, fresas, tomates etc.
  • Compra al por mayor todo lo que puedas que no sea prerecedero: Productos de aseo, granos, azúcar etc. De hecho puedes comprar las versiones industriales o de hotel de algunos productos, con empaques menos bonitos e igual producto.
  • Prepaga el colegio de tus hijos. ¿Sabías que si pagas el colegio por anticipado te dán un 10% de descuento?
  • Prepaga tus vacaciones. (Será tema de otro artículo)
  • Averigua que descuento te hacen si prepagas las administración del edificio  

¿Y que hago con el millón de pesos? ¿Dónde lo meto?


Como que no entendíste el artículo... ¡No! ¡No te lo metas por ahí! ¡Provisionate al por mayor! Si no tienes el millón a la mano no vas a poder comprar carne al por mayor y tendrás que seguir comprando bandejitas de $15.000 en el supermercado. Llegará un punto donde no te sobre un millón de pesos... Te van a sobrar 20 o 30 millones y ya no podrás almacenar tanta carne en tu congelador. Para ese nivel de ahorro tendremos otro artículo después.

La ventaja de este modo de ahorrar es que con el dinero que te ahorras hoy mañana prepagas o compras al por mayor otra cosa. Creeme es exponencial.



Si te gusto compartelo con tus amigos del Facebook

o compartelo por acá .
También puedes seguirme en el Twistter, aunque realmente no se para donde vamos, ni para que me vas a seguir:

5 comentarios:

  1. Muy de acuerdo hombre, poca gente ve los beneficios de esos ahorros, piensan que son pequeños. Yo que para estas cosas soy medio paranoico llevo mis gastos en Quicken e hice el experimento de comprar en masa con oferta y comprar lo de la semana (y en el mismo Exito) y la diferencia vale la pena.
    Lo único malo es que es un consejo que puede aprovechar mejor una familia, pero uno que vive solo es más complicado (menos rentable), he pensado en unirme con vecinos para hacer esas mega compras pero no los veo entusiasmados...

    ResponderEliminar
  2. Buena idea Carlos. Y tienes razón, la gente subestima las compras al por mayor y hasta las consideran incomodas. Pero los ahorros son gigantes y el ahorro de hoy te permite una compra al por mayor mañana. Use el ejemplo de la carne no solo porque la historia es real, si no porque la carne representa un porcentaje alto en la canasta familiar y las diferencias de precios son significativas.

    ResponderEliminar
  3. "¡El dinero no se gana trabajando, si no gastándolo!": brillante. Excelente artículo y muy entretenida la narración de la infancia. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. SimplementeJuancho22 de abril de 2013, 22:26

    Excelente artículo. Visualicé el mercado mensual de mi hogar cuando relató el primer mercado de su señora esposa! Yo estoy tomando decisiones para materializar mi propio depósito de imperecibles: Una reserva de 6 meses de cada cosa: Arroz, azúcar, jabones, detergente, aceite, avena, granos, etc. con sus respectivos mecanismos de control de humedad y posibles plagas. Parece algo descabellado, pero los primeros quince kilos de arroz gourmet los conseguí a la mitad de su precio normal, con el sistema de puntos de ciertos almacenes de cadena!!! Capturó mi atención. Seguiré su blog con frecuencia!

    ResponderEliminar
  5. Todo eso es cierto, solo que petrominerales no me dejo ni para comprarme unos calzones de segunda

    ResponderEliminar