En el artículo anterior
a este, en el cual yo hablaba sobre la burbuja inmobiliaria en
Colombia, hice una sugerencia a los más jóvenes: “Estudia una
carrera rentable y de alta demanda”. Y me han caído lanza en
ristre:
- Escoge una carrera rentable y de alta demanda? y dejar de lado hacer lo que les gusta solo por plata, wrong way to live your life.
- Enganchate rápido? Buen sueldo? Es que acaso no se entera de las tasas de desempleo y subempleo?
- Qué son un cochino capitalista (puede ser cierto: cochino y feliz).
Mi historia comienza a
mis tiernos 16 años cuando estaba a punto de graduarme de
bachillerato y tenía que escoger una carrera universitaria. No tenía
que preocuparme por cual universidad escoger, debido a que había
sacado un puntaje de ICFES que me abría las puertas en todas la
universidades, menos en la Universidad Nacional que tenía un examen
aparte.
Tenía la confusión
propia de esos años, los arrecholitos corrían fuertemente por mi
torrente sanguíneo y realmente me preocupaba más por conseguir una
novia, aprender a manejar, rogarle a mi papá que comprase un carro
(esta va a ser otra historia), que por mi futuro profesional. Como
todo buen adolescente de onceavo grado tenía el consejo del
psicólogo del colegio con sus pruebas de aptitud profesional, mi
padre, mi madre, mis tías, mis amigos, mis primos y mi abuelo. Las
opiniones estaba divididas: médico, abogado, ingeniero, matemático
… Realmente todo eso era secundario, con 16 años yo no tenía
novia. No se rían, no saben lo que es ser un nerdo en matemáticas y
el segundo más enano del salón; es casi como una maldición azteca;
pensé que moriría virgen. Yo era el bobo que le explicaba
matemáticas a las preciosas amigas de mis amigos y nada más...
seguro, nada más... ni un piquito. Mi vida era miserable.
La carrera escogida fue
Ingeniería Civil, la universidad Los Andes. Ay si, ya saltaron: “era
un niño rico, con razón le fue bien” … ¡PUES NO!, mi papá fue
muy ahorrativo y de eso hablaremos después; no de mi papá, del
ahorro (Ahora mi mamá lee mi blog y eso es la cagada). Escogí la
ingeniería civil por sugerencia de mi papá, quien textualmente me
dijo: Chino, mire a su alrededor, todo está hecho por ingenieros
civiles y sin la firma de ellos no se hace nada; su sola firma valdrá
dinero. Me autoconvencí que era mi carrera, yo era bueno para
matemáticas y física; me fascinaban los edificios, puentes,
represas etc. Iba a ser un ingeniero civil de puta madre y tendría
un montón de obreros, grúas y retro-escavadoras a mi servicio.
Por esa misma época, a
mi primo rico, sus padres le habían comprado un computador. En esa
época un cacharro de esos costaba tres o cuatro meses de sueldo de
un profesional. Mi primo había decidido estudiar ingeniería de
sistemas. Yo no estudie sistemas porque mis padres no podían comprar
un computador y para ser sinceros la utilidad de un aparato de esos
era mínima, era 4 o 5 veces más caro que un Atari 2600 y mis
argumentos para que mi familia lo comprase no eran muy buenos...
“Mamá si compramos un computador podemos tener más juegos que en
el Atari (se había quemado días antes) y los juegos se pueden
copiar, mientras que los casettes de Atari son carísimos y no se
pueden copiar”. Antes de entrar a la universidad, además del
computador de mi primo, también estaba fascinado por las
calculadoras programables de CASIO, se programaban en BASIC.
Obviamente mis padres no me podían comprar una de esas, pero un
amigo del colegio me prestaba una a cambio de que yo le escribiese
juegos y programas que nos hicieran las tareas del colegio.
Aunque tenía un don para
escribir programas de computador, me convencí de la ingeniería
civil. Estudie cinco semestre de ingeniería civil. Cinco semestres
en los que descubrí varias cosas: La primera, que yo no era tan buen
matemático como creía. Una cosa es el colegio donde todos son malos
en matemáticas y otras es la universidad donde llegan los mejores y
yo estaba muy por debajo de la media. La segunda, descubrí que
tampoco era un gran físico; una cosa es la física de Newton y otra
los campos magnéticos, física cuántica etc.
La tercera es la más
importante. Descubrí que al graduarnos de la universidad la
competencia iba a ser durísima. Mis compañeros estudiaban mucho,
trasnochaban y se mataban por cada nota. Por el contrario, yo siempre
había sido perezoso y un bueno para nada. Como tenía facilidad para
matemáticas y física en el colegio no estudiaba y sacaba provecho.
En la universidad no, en 5 semestres, trasnochando mucho perdí
muchas materias y luchaba para ponerme al día con cursos de mitad de
semestre.
Era malo en todo menos en
una sola cosa. Las materia de programación de computadoras básicas
que eran obligatorias para todas las ingenierías. Las pase con cinco
sobre cinco sin ningún esfuerzo. Había perdido ecuaciones
diferenciales tres veces, dinámica tres veces, inglés una vez cada
una, estructuras una vez. La gota derramó el vaso fue estructuras,
yo soñaba ser ingeniero estructural y calcular edificios y saqué la
peor nota en 10 años que cualquier estudiante hubiese sacado.
Era un fracaso, yo veía
mi futuro como el peor ingeniero civil del mundo. Se me caían los
puentes, se me desmoronaban las columnas, los obreros se reían en mi
cara y peor aún pobre y fracasado seguiría virgen. En mi imaginario
me veía saltando de puesto en puesto y mendigando un empleo.
El Estudio de Mercado
Antes de escoger carrera
nunca había hecho un estudio de mercado. Me había dejado guiar por
los consejos de mi familia y no había visto el mundo real. Viendo mi
fracaso en la ingeniería civil, con lágrimas en los ojos me fui
facultad por facultad y vi algo que nunca había visto: LA CARTELERA
DE EMPLEOS.
En la entrada de cada
facultad había una cartelera de corcho en la cual las secretarias de
la facultad publicaban las cartas que enviaban las empresas buscando
talento. Obviamente empecé por ingeniería:
- Ingeniería Mecánica: La cartelera estaba medio vacía, hablaba de empleos en la mitad de la nada, en plantas de producción y fábricas. Los salarios eran una miseria y pedían años de experiencia.
- Ingeniería Civil: La cartelera estaba más vacía que la anterior. Todas las ofertas de empleo eran para residente de obra, no tenía idea que era eso, sonaba como el celador de la obra que vive en la construcción y le abre la puerta a las volquetas y los obreros... después me enteré que no estaba tan equivocado, el residente de obra recibe los materiales y revisa que estén completos y verifica que los obreros vayan a trabajar, lo positivo es que no se duerme en la obra. Pedían cinco años de experiencia demostrable y pagaban algo más que un salario mínimo.
- Ingeniería Electrónica: Tenía buenas ofertas, buenos salarios, pero yo no tenía madera para eso. Dependía de ecuaciones diferenciales y ya la había perdido varias veces.
- Ingeniería Industrial: La cartelera estaba medio llena. Los empleos que ofrecían no eran muy claros, pagaban más o menos bien... Tan solo que yo sabía que por cada ingeniero de otra facultad había diez ingenieros industriales. Gente re-pila, super-dedicada, super sapos y yo era muy perezoso para competir. Además, se necesitaba un promedio de 4.5 para cambiarse de carrera y el mio escasamente llegaba a 3.6 casi en prueba académica.
- Ingeniería de sistemas: La cartelera estaba totalmente llena. Había tres capas de papeles, cada aviso encima de otros dos; pegados con chinches. En el marco de madera había más ofertas y en la pared debajo del corcho había más ofertas pegadas con cinta. Y las ofertas: “Se necesita estudiante de 8vo semestre para práctica empresarial, dos salarios mínimos”, “Se necesita ingeniero con o sin experiencia, super salario” … y así.
- Matemáticas, Física, Filosofía e Historia: Puras ofertas de maestro de colegio y canjes con la universidad.
Me acerqué a la facultad
de sistemas y me recibieron con los brazos abiertos. Los estudiantes
usaban esa carrera como trampolín para cambiarse a Industrial y
quedaban atrapados por el promedio. Veían materias de ingeniería
industrial hasta donde podían y luego buscaban el doble programa o
la forma de graduarse y ver un postgrado en algo parecido a
administración.
Ni siquiera pedían
promedio, nadie quería estudiar esa carrera. Me cambie de carrera
ese mismo día, le avisé a mis padres. Mi madre casi me mata por el
tema de perder tiempo y dinero, mi papá se resignó y me dijo que si
me seguía tirando materias no me pagaba más la carrera.
El Don
Apenas me cambie de
carrera las cosas cambiaron. Mi don no eran las matemáticas, ni la
física. Era escribir programas de computador. Sacaba cinco tras
cinco. No estudiaba, en lo que quedaba de carrera no volví a comprar
un solo libro, no los necesitaba. Hacía los proyectos la noche
anterior; me quedaba dormido en clase y cuando despertaba no habían
avanzado más allá de lo que yo ya entendía. Me la pasaba todo el
día tomando el sol en una escalera esperando cada clase. La escalera
era estratégica, por ahí entraban todas las niñas de la
universidad, era un deleite (Fanny Lu, Paola Turbay entre otras). Mi
vida era un paseo.
La Mina de Oro
Como se me facilitaba la
carrera y me aburría muchísimo decidí tomar todas las electivas
“difíciles” de sistemas que me cabían en el semestre. Eran
materias a las que asistían 4 o 5 personas. El golpe de suerte vino
varios años después de graduarme, cada materia de esas me dio una
ventaja competitiva increíble. He llegado a cobrar 30 o 40 o más
millones de pesos por trabajos de 5 a 10 días con conocimientos
adquiridos en esas materias.
Por hobby aprendí Linux
y este ha llevado papita y carne a mi mesa durante años.
Mientras mis compañeros
metían como electivas como Legado de Grecia, revolución francesa,
historia del arte y un montón de costuras para sacar buenas notas.
Realmente, me mamaban los griegos, eran un montón de maricones y
Platón solo pensaba en abusar sexualmente de sus discípulos en una
Caverna.
El Mundo Real
Me tomó once semestres
graduarme más el montón de cursos vacacionales. Pero el atraso solo
ocurrió mientras estudiaba civil.
El resultado del estudio
de mercado fue que estando en último semestre el teléfono de mi
casa no paraba de timbrar. “Te llamaron de Publicar para un
trabajo” , “Te llamaron de IBM que están muy interesados”, “Te
llamaron de Microsoft”, “Te llamaron de Z” …. Nunca tuve que
buscar empleo. Mis compañeros que sabíamos programar y yo nos
repartíamos los empleos. Yo terminé trabajando antes de graduarme
con un salario magnífico, las empresas no podían esperar. El
teléfono sonó dos años más después de mi grado.
Lo otro que ocurrió es
que mis ex-compañeros de civil fue que demoraron mucho más tiempo
para engancharse. Los trabajos no fueron tan buenos y les tomo cinco
años conseguir los cinco años de experiencia de los avisos en la
cartelera. Los industriales terminaron compitiendo aguerridamente por
los mejores puestos. El estudio de mercado no se equivocó y yo
tampoco.
Conclusiones
Perdonarán lo larga de
la historia. Pero quería mostrarles varias cosas que son
importantes:
Estudia algo que la sociedad necesite
En
mi caso y mi época, la sociedad necesitaba personas que pudiesen
programar un computador. Los computadores son herramientas muy
poderosas y no se programan, ni funcionan solas. Y
nadie quería estudiar eso. No es glamoroso... Bill Gates no es
glamoroso.
Mi
caso no es puntual. En el siglo XIX se necesitaban ingenieros
expertos en vapor e ingenieros civiles para
los ferrocarriles y estos se
hicieron muy ricos.
En
la época de mi padre se necesitaba gente que entendiera de
radiofrecuencia, radares, TV
y telefonía y estos también
se hicieron ricos.
Hoy
se necesitan personas que sepan: programación de computadores,
genética, geología, petróleos, ingeniería química, química etc.
Pero
también sobran diseñadores gráficos,
odontólogos
generales, médicos generales, ingenieros industriales, psicólogos,
abogados …
Si
quieres saber que necesita la sociedad haz
un estudio de mercado en las diferentes páginas de empleo del país.
Eso que estén pidiendo en esas páginas es lo que te van a ofrecer.
Por arte de magia no va a aparecer una multinacional ofreciendo
trabajos de filósofo. O una petrolera que diga: Hoy
necesitamos cien diseñadores gráficos. Ni
pu' el putas, eso no va a pasar.
Busca tu Don
A
mi me tomo cinco semestre darme cuenta de que iba a ser un pésimo
ingeniero civil. Ahora mismo estaría en la cárcel demandado porque
se me cayó algún puente. Y en vez de escribir este blog, estaría
escribiendo un libro muy
parecido al
Conde de Montecristo.
Busca
para lo que eres bueno. Te voy a dar unos tips: 1. ¿Para qué te
busca la gente? 2. ¿Qué tipo de favores te piden siempre? 3. ¿Qué
cosa haces más rápido y mejor que los demás? 4. ¿En que cosas
piensas que los demás son unos idiotas y tú
no?
No
todos somos buenos para todo. Por ejemplo, yo soy negado para la
música , después de practicar tres días toque el
happy birthday en piano y me
equivoque diez veces;
con la guitarra me dolían los dedos, no
pude; y la flauta nunca la
pude hacer sonar.
Prueba tu Don
¿Tu mamí te dice que
cantas muy bonito, o dibujas precioso? Pregúntale a alguien la
verdad ¿Pagarían por algo que tu haces?
¿Juegas muy bien fútbol?
¿Qué tan bien, como Messi o como para jugar en el América en la B?
¿Lo tuyo es la gerencia
y la administración? ¿Cuantas personas te hacen caso ciego? ¿Eres
el líder de algo? ¿Cuanto dinero tienes en el banco y como lo has
administrado? … Hay personas que me dan risa, dicen que nacieron
para “gerenciar” y ni siquiera sus hijos les hacen caso, tampoco
pueden manejar las finanzas de la casa, deben el agua, la luz, el
teléfono y están reportados en Datacrédito.
La sociedad no te debe nada
No pienses que por haber
estudiado una carrera la sociedad te debe premiar con un empleo y un
salario de gerente. El empleo obedece estrictamente a las leyes de
oferta y demanda. La sociedad busca aptitudes y no carreras.
Hay centenas de
ingenieros de sistemas (lo que estudie yo) desempleados. No saben, ni
quieren programar computadores, tampoco saben de redes, quieren ser
gerentes, pero los puestos de gerentes son limitados y se los dan a
los mejores profesionales.
Hay centenas de
diseñadores gráficos sin empleo. Lo de ellos es el arte, no quieren
aprender HTML o CSS. Muy bien por ellos, porque la sociedad no los
necesita.
Y podría seguir y
seguir; y me van a odiar más y más por decir la cruda verdad.
Si la carrera no tiene mercado, La especialización de pronto sí
Muchas carreras tienen
sobreoferta de profesionales. Odontología y medicina general son un
ejemplo. Pero algunas de sus especializaciones tienen déficit de
profesionales. No pierda tiempo, haga de una la especialización que
tenga mercado o va a perder media vida buscando empleo.
Otras carreras pueden que
no tengan mercado pero cierta aptitud sí. Por ejemplo, un diseñador
gráfico que sepa programar juegos en FLASH conseguirá fácilmente
empleo. Aunque sobran abogados, los litigantes pueden ganar muy bien.
No necesariamente
necesite una especialización. Puede ser un curso de algo novedoso y
super necesario. Pero de nuevo: HAGA UN ESTUDIO DE MERCADO.
Yo voy a ser fiel a mis sueños
Eso dicen los jóvenes.
Me gustaría oírlos diez años después, con la cuenta del banco
vacía, la nevera vacía, debiendo meses de arriendo y buscando
alguna beca o subsidio para universidad de los hijos; sin haber
ejercido sus sueños; maldiciendo al gobierno y a la sociedad.
Hablando maravillas de Noruega o Dinamarca donde si protegen a sus
ciudadanos... claro que los protegen, los que aguantan el invierno y
no se mueren.
Si tu don lo tienen
muchos, entonces no es un don tan especial y vas a pasar problemas el
resto de tu vida y a mi no me vengas a chillar, te lo advertí. Si
ser pragmático me hace un cochino capitalista, pues soy un cochino,
feliz y productivo capitalista.
No tienes que abandonar tus sueños, solo búscale la comba al palo. Algo que tú puedas hacer, los otros no y la gente esté dispuesta a pagar por eso.
No tienes que abandonar tus sueños, solo búscale la comba al palo. Algo que tú puedas hacer, los otros no y la gente esté dispuesta a pagar por eso.
Por favor no me odien por
usar algunas carreras de ejemplo. Ellos saben que es verdad lo que
digo.
Para finalizar y para que no queden dudas. Si conseguí novia, me case con ella y tengo hijos... No morí virgen. Además, aunque podría dejar de hacerlo por mi situación económica, escribo programas para computador casi todos los días.