lunes, 11 de marzo de 2013

¿Cómo escoger una carrera?


En el artículo anterior a este, en el cual yo hablaba sobre la burbuja inmobiliaria en Colombia, hice una sugerencia a los más jóvenes: “Estudia una carrera rentable y de alta demanda”. Y me han caído lanza en ristre:
  • Escoge una carrera rentable y de alta demanda? y dejar de lado hacer lo que les gusta solo por plata, wrong way to live your life.
  • Enganchate rápido? Buen sueldo? Es que acaso no se entera de las tasas de desempleo y subempleo?
  • Qué son un cochino capitalista (puede ser cierto: cochino y feliz).

Mi historia comienza a mis tiernos 16 años cuando estaba a punto de graduarme de bachillerato y tenía que escoger una carrera universitaria. No tenía que preocuparme por cual universidad escoger, debido a que había sacado un puntaje de ICFES que me abría las puertas en todas la universidades, menos en la Universidad Nacional que tenía un examen aparte.

Tenía la confusión propia de esos años, los arrecholitos corrían fuertemente por mi torrente sanguíneo y realmente me preocupaba más por conseguir una novia, aprender a manejar, rogarle a mi papá que comprase un carro (esta va a ser otra historia), que por mi futuro profesional. Como todo buen adolescente de onceavo grado tenía el consejo del psicólogo del colegio con sus pruebas de aptitud profesional, mi padre, mi madre, mis tías, mis amigos, mis primos y mi abuelo. Las opiniones estaba divididas: médico, abogado, ingeniero, matemático … Realmente todo eso era secundario, con 16 años yo no tenía novia. No se rían, no saben lo que es ser un nerdo en matemáticas y el segundo más enano del salón; es casi como una maldición azteca; pensé que moriría virgen. Yo era el bobo que le explicaba matemáticas a las preciosas amigas de mis amigos y nada más... seguro, nada más... ni un piquito. Mi vida era miserable.

La carrera escogida fue Ingeniería Civil, la universidad Los Andes. Ay si, ya saltaron: “era un niño rico, con razón le fue bien” … ¡PUES NO!, mi papá fue muy ahorrativo y de eso hablaremos después; no de mi papá, del ahorro (Ahora mi mamá lee mi blog y eso es la cagada). Escogí la ingeniería civil por sugerencia de mi papá, quien textualmente me dijo: Chino, mire a su alrededor, todo está hecho por ingenieros civiles y sin la firma de ellos no se hace nada; su sola firma valdrá dinero. Me autoconvencí que era mi carrera, yo era bueno para matemáticas y física; me fascinaban los edificios, puentes, represas etc. Iba a ser un ingeniero civil de puta madre y tendría un montón de obreros, grúas y retro-escavadoras a mi servicio.

Por esa misma época, a mi primo rico, sus padres le habían comprado un computador. En esa época un cacharro de esos costaba tres o cuatro meses de sueldo de un profesional. Mi primo había decidido estudiar ingeniería de sistemas. Yo no estudie sistemas porque mis padres no podían comprar un computador y para ser sinceros la utilidad de un aparato de esos era mínima, era 4 o 5 veces más caro que un Atari 2600 y mis argumentos para que mi familia lo comprase no eran muy buenos... “Mamá si compramos un computador podemos tener más juegos que en el Atari (se había quemado días antes) y los juegos se pueden copiar, mientras que los casettes de Atari son carísimos y no se pueden copiar”. Antes de entrar a la universidad, además del computador de mi primo, también estaba fascinado por las calculadoras programables de CASIO, se programaban en BASIC. Obviamente mis padres no me podían comprar una de esas, pero un amigo del colegio me prestaba una a cambio de que yo le escribiese juegos y programas que nos hicieran las tareas del colegio.

Aunque tenía un don para escribir programas de computador, me convencí de la ingeniería civil. Estudie cinco semestre de ingeniería civil. Cinco semestres en los que descubrí varias cosas: La primera, que yo no era tan buen matemático como creía. Una cosa es el colegio donde todos son malos en matemáticas y otras es la universidad donde llegan los mejores y yo estaba muy por debajo de la media. La segunda, descubrí que tampoco era un gran físico; una cosa es la física de Newton y otra los campos magnéticos, física cuántica etc.

La tercera es la más importante. Descubrí que al graduarnos de la universidad la competencia iba a ser durísima. Mis compañeros estudiaban mucho, trasnochaban y se mataban por cada nota. Por el contrario, yo siempre había sido perezoso y un bueno para nada. Como tenía facilidad para matemáticas y física en el colegio no estudiaba y sacaba provecho. En la universidad no, en 5 semestres, trasnochando mucho perdí muchas materias y luchaba para ponerme al día con cursos de mitad de semestre.

Era malo en todo menos en una sola cosa. Las materia de programación de computadoras básicas que eran obligatorias para todas las ingenierías. Las pase con cinco sobre cinco sin ningún esfuerzo. Había perdido ecuaciones diferenciales tres veces, dinámica tres veces, inglés una vez cada una, estructuras una vez. La gota derramó el vaso fue estructuras, yo soñaba ser ingeniero estructural y calcular edificios y saqué la peor nota en 10 años que cualquier estudiante hubiese sacado.

Era un fracaso, yo veía mi futuro como el peor ingeniero civil del mundo. Se me caían los puentes, se me desmoronaban las columnas, los obreros se reían en mi cara y peor aún pobre y fracasado seguiría virgen. En mi imaginario me veía saltando de puesto en puesto y mendigando un empleo.

El Estudio de Mercado


Antes de escoger carrera nunca había hecho un estudio de mercado. Me había dejado guiar por los consejos de mi familia y no había visto el mundo real. Viendo mi fracaso en la ingeniería civil, con lágrimas en los ojos me fui facultad por facultad y vi algo que nunca había visto: LA CARTELERA DE EMPLEOS.

En la entrada de cada facultad había una cartelera de corcho en la cual las secretarias de la facultad publicaban las cartas que enviaban las empresas buscando talento. Obviamente empecé por ingeniería:
  • Ingeniería Mecánica: La cartelera estaba medio vacía, hablaba de empleos en la mitad de la nada, en plantas de producción y fábricas. Los salarios eran una miseria y pedían años de experiencia.
  • Ingeniería Civil: La cartelera estaba más vacía que la anterior. Todas las ofertas de empleo eran para residente de obra, no tenía idea que era eso, sonaba como el celador de la obra que vive en la construcción y le abre la puerta a las volquetas y los obreros... después me enteré que no estaba tan equivocado, el residente de obra recibe los materiales y revisa que estén completos y verifica que los obreros vayan a trabajar, lo positivo es que no se duerme en la obra. Pedían cinco años de experiencia demostrable y pagaban algo más que un salario mínimo.
  • Ingeniería Electrónica: Tenía buenas ofertas, buenos salarios, pero yo no tenía madera para eso. Dependía de ecuaciones diferenciales y ya la había perdido varias veces.
  • Ingeniería Industrial: La cartelera estaba medio llena. Los empleos que ofrecían no eran muy claros, pagaban más o menos bien... Tan solo que yo sabía que por cada ingeniero de otra facultad había diez ingenieros industriales. Gente re-pila, super-dedicada, super sapos y yo era muy perezoso para competir. Además, se necesitaba un promedio de 4.5 para cambiarse de carrera y el mio escasamente llegaba a 3.6 casi en prueba académica.
  • Ingeniería de sistemas: La cartelera estaba totalmente llena. Había tres capas de papeles, cada aviso encima de otros dos; pegados con chinches. En el marco de madera había más ofertas y en la pared debajo del corcho había más ofertas pegadas con cinta. Y las ofertas: “Se necesita estudiante de 8vo semestre para práctica empresarial, dos salarios mínimos”, “Se necesita ingeniero con o sin experiencia, super salario” … y así.
  • Matemáticas, Física, Filosofía e Historia: Puras ofertas de maestro de colegio y canjes con la universidad.

Me acerqué a la facultad de sistemas y me recibieron con los brazos abiertos. Los estudiantes usaban esa carrera como trampolín para cambiarse a Industrial y quedaban atrapados por el promedio. Veían materias de ingeniería industrial hasta donde podían y luego buscaban el doble programa o la forma de graduarse y ver un postgrado en algo parecido a administración.

Ni siquiera pedían promedio, nadie quería estudiar esa carrera. Me cambie de carrera ese mismo día, le avisé a mis padres. Mi madre casi me mata por el tema de perder tiempo y dinero, mi papá se resignó y me dijo que si me seguía tirando materias no me pagaba más la carrera.

El Don


Apenas me cambie de carrera las cosas cambiaron. Mi don no eran las matemáticas, ni la física. Era escribir programas de computador. Sacaba cinco tras cinco. No estudiaba, en lo que quedaba de carrera no volví a comprar un solo libro, no los necesitaba. Hacía los proyectos la noche anterior; me quedaba dormido en clase y cuando despertaba no habían avanzado más allá de lo que yo ya entendía. Me la pasaba todo el día tomando el sol en una escalera esperando cada clase. La escalera era estratégica, por ahí entraban todas las niñas de la universidad, era un deleite (Fanny Lu, Paola Turbay entre otras). Mi vida era un paseo.

La Mina de Oro


Como se me facilitaba la carrera y me aburría muchísimo decidí tomar todas las electivas “difíciles” de sistemas que me cabían en el semestre. Eran materias a las que asistían 4 o 5 personas. El golpe de suerte vino varios años después de graduarme, cada materia de esas me dio una ventaja competitiva increíble. He llegado a cobrar 30 o 40 o más millones de pesos por trabajos de 5 a 10 días con conocimientos adquiridos en esas materias.

Por hobby aprendí Linux y este ha llevado papita y carne a mi mesa durante años.

Mientras mis compañeros metían como electivas como Legado de Grecia, revolución francesa, historia del arte y un montón de costuras para sacar buenas notas. Realmente, me mamaban los griegos, eran un montón de maricones y Platón solo pensaba en abusar sexualmente de sus discípulos en una Caverna.

El Mundo Real


Me tomó once semestres graduarme más el montón de cursos vacacionales. Pero el atraso solo ocurrió mientras estudiaba civil.

El resultado del estudio de mercado fue que estando en último semestre el teléfono de mi casa no paraba de timbrar. “Te llamaron de Publicar para un trabajo” , “Te llamaron de IBM que están muy interesados”, “Te llamaron de Microsoft”, “Te llamaron de Z” …. Nunca tuve que buscar empleo. Mis compañeros que sabíamos programar y yo nos repartíamos los empleos. Yo terminé trabajando antes de graduarme con un salario magnífico, las empresas no podían esperar. El teléfono sonó dos años más después de mi grado.

Lo otro que ocurrió es que mis ex-compañeros de civil fue que demoraron mucho más tiempo para engancharse. Los trabajos no fueron tan buenos y les tomo cinco años conseguir los cinco años de experiencia de los avisos en la cartelera. Los industriales terminaron compitiendo aguerridamente por los mejores puestos. El estudio de mercado no se equivocó y yo tampoco.

Conclusiones


Perdonarán lo larga de la historia. Pero quería mostrarles varias cosas que son importantes:

Estudia algo que la sociedad necesite

En mi caso y mi época, la sociedad necesitaba personas que pudiesen programar un computador. Los computadores son herramientas muy poderosas y no se programan, ni funcionan solas. Y nadie quería estudiar eso. No es glamoroso... Bill Gates no es glamoroso.

Mi caso no es puntual. En el siglo XIX se necesitaban ingenieros expertos en vapor e ingenieros civiles para los ferrocarriles y estos se hicieron muy ricos.

En la época de mi padre se necesitaba gente que entendiera de radiofrecuencia, radares, TV y telefonía y estos también se hicieron ricos.

Hoy se necesitan personas que sepan: programación de computadores, genética, geología, petróleos, ingeniería química, química etc.

Pero también sobran diseñadores gráficos, odontólogos generales, médicos generales, ingenieros industriales, psicólogos, abogados

Si quieres saber que necesita la sociedad haz un estudio de mercado en las diferentes páginas de empleo del país. Eso que estén pidiendo en esas páginas es lo que te van a ofrecer. Por arte de magia no va a aparecer una multinacional ofreciendo trabajos de filósofo. O una petrolera que diga: Hoy necesitamos cien diseñadores gráficos. Ni pu' el putas, eso no va a pasar.

Busca tu Don


A mi me tomo cinco semestre darme cuenta de que iba a ser un pésimo ingeniero civil. Ahora mismo estaría en la cárcel demandado porque se me cayó algún puente. Y en vez de escribir este blog, estaría escribiendo un libro muy parecido al Conde de Montecristo.
Busca para lo que eres bueno. Te voy a dar unos tips: 1. ¿Para qué te busca la gente? 2. ¿Qué tipo de favores te piden siempre? 3. ¿Qué cosa haces más rápido y mejor que los demás? 4. ¿En que cosas piensas que los demás son unos idiotas y tú no?

No todos somos buenos para todo. Por ejemplo, yo soy negado para la música , después de practicar tres días toque el happy birthday en piano y me equivoque diez veces; con la guitarra me dolían los dedos, no pude; y la flauta nunca la pude hacer sonar.

Prueba tu Don


¿Tu mamí te dice que cantas muy bonito, o dibujas precioso? Pregúntale a alguien la verdad ¿Pagarían por algo que tu haces?

¿Juegas muy bien fútbol? ¿Qué tan bien, como Messi o como para jugar en el América en la B?

¿Lo tuyo es la gerencia y la administración? ¿Cuantas personas te hacen caso ciego? ¿Eres el líder de algo? ¿Cuanto dinero tienes en el banco y como lo has administrado? … Hay personas que me dan risa, dicen que nacieron para “gerenciar” y ni siquiera sus hijos les hacen caso, tampoco pueden manejar las finanzas de la casa, deben el agua, la luz, el teléfono y están reportados en Datacrédito.

La sociedad no te debe nada


No pienses que por haber estudiado una carrera la sociedad te debe premiar con un empleo y un salario de gerente. El empleo obedece estrictamente a las leyes de oferta y demanda. La sociedad busca aptitudes y no carreras.

Hay centenas de ingenieros de sistemas (lo que estudie yo) desempleados. No saben, ni quieren programar computadores, tampoco saben de redes, quieren ser gerentes, pero los puestos de gerentes son limitados y se los dan a los mejores profesionales.

Hay centenas de diseñadores gráficos sin empleo. Lo de ellos es el arte, no quieren aprender HTML o CSS. Muy bien por ellos, porque la sociedad no los necesita.

Y podría seguir y seguir; y me van a odiar más y más por decir la cruda verdad.

Si la carrera no tiene mercado, La especialización de pronto sí


Muchas carreras tienen sobreoferta de profesionales. Odontología y medicina general son un ejemplo. Pero algunas de sus especializaciones tienen déficit de profesionales. No pierda tiempo, haga de una la especialización que tenga mercado o va a perder media vida buscando empleo.

Otras carreras pueden que no tengan mercado pero cierta aptitud sí. Por ejemplo, un diseñador gráfico que sepa programar juegos en FLASH conseguirá fácilmente empleo. Aunque sobran abogados, los litigantes pueden ganar muy bien.

No necesariamente necesite una especialización. Puede ser un curso de algo novedoso y super necesario. Pero de nuevo: HAGA UN ESTUDIO DE MERCADO.

Yo voy a ser fiel a mis sueños


Eso dicen los jóvenes. Me gustaría oírlos diez años después, con la cuenta del banco vacía, la nevera vacía, debiendo meses de arriendo y buscando alguna beca o subsidio para universidad de los hijos; sin haber ejercido sus sueños; maldiciendo al gobierno y a la sociedad. Hablando maravillas de Noruega o Dinamarca donde si protegen a sus ciudadanos... claro que los protegen, los que aguantan el invierno y no se mueren.

Si tu don lo tienen muchos, entonces no es un don tan especial y vas a pasar problemas el resto de tu vida y a mi no me vengas a chillar, te lo advertí. Si ser pragmático me hace un cochino capitalista, pues soy un cochino, feliz y productivo capitalista.

No tienes que abandonar tus sueños, solo búscale la comba al palo. Algo que tú puedas hacer, los otros no y la gente esté dispuesta a pagar por eso.

Por favor no me odien por usar algunas carreras de ejemplo. Ellos saben que es verdad lo que digo.

Para finalizar y para que no queden dudas. Si conseguí novia, me case con ella y tengo hijos... No morí virgen. Además, aunque podría dejar de hacerlo por mi situación económica, escribo programas para computador casi todos los días.











jueves, 7 de marzo de 2013

Huguito Chávez para Niños


Había una vez un campesino llamado Carlitos Pérez que tenía diez hijos. Vivían en una pequeña finquita muy bonita que tenía diez vaquitas que eran la envidia de los vecinos. Las vaquitas del viejo eran la más productivas de la región. De hecho Carlitos eran un campesino muy rico y orgulloso, se paseaba por el pueblo mostrándose a sus vecinos cuan rico era. Al único al que el viejo le rendía pleitecia era al lechero que le compraba la leche. Tan era así la cosa que le dejaba ordeñar unas cuantas vacas pagándole este casi nada por la leche.

Pero Carlitos no era muy justo. Tres de los hijos, los mayores y favoritos, vivían en la casa de la finca y tenían sus propios animales. El mayor tenía una gallina, el segundo un marrano y el otro una cabra. El viejo se quedaba con la mayoría de las ganancias de la leche y los tres hermanos mayores daban de comer a los menores. Como ellos eran los que llevaban la comida a la casa eran los que se sentaban a la mesa primero, los siete hermanos menores tenían que esperar su turno para comer y muchas veces la comida que les quedaba estaba fría, poca, rancia y babeada.

Los siete hermanos menores no dormían en la casa, ellos tenían que dormir con los animales en el establo donde hacía mucho frio y apestaba a mierda de gallina mezclada con chichi de marrano.

Muchas veces el viejo invitaba a la mesa de la casa al lechero y este se tragaba toda la comida, dejando pasando hambre a los siete más pequeños. Los siete hermanitos odiaban al viejo, a los hermanos mayores y sobretodo al lechero.

De los siete hermanitos había uno que sobresalía: Huguito. Cuando los hermanitos se sentaban a la mesa hablaba sin parar, contaba chistes, cantaba, recitaba poemas, contaba cuentos e historias fabulosas. Así como era de gracioso Huguito era muy pelionero, en la escuela cazaba peleas defendiendo a sus hermanitos.

Un día Huguito viendo la injusticia con la cual el viejo Carlitos trataba a los hermanitos menores decidió revelarse y enfrentar al viejo cuando este volvía del pueblo. Se le paró al frente de la casa y le dijo: En esta casa ahora mando yo, no vas a volvernos a tratar mal a mi, ni a mis hermanos. Como Huguito era tan chiquito lo cogió de una oreja, lo llevó dentro de la casa y le dio una paliza. Luego lo castigo un buen tiempo para que aprendiera la lección. Durante el castigo Huguito le cogió más odio al viejo y a sus hermanos mayores.

Terminado el castigo de Hugito se reunieron los hermanos y decidieron deshacerse del viejo, la injusticia era evidente, sabían que el viejo se robaba la mayor parte de la plata de la leche y votaron por echarlo de la casa y nombraron a Huguito como jefe. El viejo se fue a vivir con el lechero, este le debía muchos favores y al poco tiempo fue olvidado por los diez hermanos.

El primer año fueron muy felices, Huguito contaba cada vez mejores y más divertidos cuentos que sus hermanos escuchaban con atención, con el dinero de la leche había comida para todos y la leche cada vez era más cara y los hermanos vivían como reyes. Los que no estaban muy felices eran los hermanos mayores, porque dentro de la casa vivían un poco más apretados y los hermanitos menores que antes ayudan a cuidar al marrano, la gallinas y la cabra ya no querían trabajar, Huguito les había prometido comida de la venta de la leche. No necesitaban ayudar en la finca.

Un día Huguito decidió dar un paseo por el campo y visitar las fincas de los vecinos. Como Huguito era tan divertido se hizo muy popular entre sus vecinos. Conoció a Rafael que era dueño de una finquita muy pequeña, un chico inteligente pero algo acomplejado por los saquitos que le hacía poner la mamá. Conoció a Cristina, una viejita muy sexy que tenía mil carteras y dos mil zapatos, la finca se la había dejado el marido hipotecada con el lechero y ella comprándose zapatos y carteras se había endeudado un poco más. Conoció a Evito, el más tierno de todos. Como era medio bobito todos lo querían y lo trataban con cariño. Conoció a Danielito, un borrachito de lo más lindo. Todos ellos le hablaron de un misterioso viejito que vivía en una choza pobre y apestosa en la mitad del lago. El viejito Fidel decía la leyenda que tenía más de cien años y que era muy pobre porque cuando era niño trato de ponerle un torpedo en el culo al abuelo del lechero y este se dio cuenta antes de que estallara. Como castigo el abuelo del lechero le dijo que en la vida de él y las de sus sucesores le comprarían leche.

Los empezó a visitar con frecuencia. Les cantaba, les contaba cuentos y sobretodo les regalaba leche. Los vecinos lo adoraban y sobretodo Evito al que adoptó como un hijo bobo y a Fidel al cual le daba dinero y leche. Huguito adoraba a Fidel porque le parecía graciosisimo el cuento del torpedito y soñaba viendo le estallar el culo al lechero.

Mientras tanto los hermanos mayores a escondidas de Huguito estaban comiendo un poquito mejor que los hermanos menores porque vendían en el pueblo los huevos, el tocino y la leche de cabra. No les importaba mucho lo que Huguito hiciera con la leche porque ellos de su propio trabajo podían comer.

Pero un día Huguito se dio cuenta que los hermanos mayores estaban comiendo mejor que los hermanos menores y le dio mucha ira y envidia. Viajó a la cabaña del viejito Fidel y le pidió consejo. Al regresar cito a todos los hermanos a la mesa y les dictó la nueva regla: En esta casa nadie va a comer más que los demás... y se puso a cantar. Los hermanos mayores no entendieron como iban a lograr eso y siguieron como si nada.

Cuando Huguito se enteró se puso furioso y gritó: ¡exprópiese! Nadie entendía que significaba esa palabra que Huguito se había inventado. Pues muy sencillo les explicó ese marranito ahora es de la familia, los hermanitos menores estaban eufóricos, no lo podían creer nunca habían comido tocino. Los hermanitos mayores estaban horrorizados. El marranito se lo dieron a un hermanito menor que no sabía cuidar marranos, el marranito se puso flaco, flaco hasta que se murió. Cuando se murió el marrano los hermanitos menores estaban felices y prepararon una lechona. Huguito se puso a cantar de la felicidad, el marranito estaba muy sabrozo.

Luego le tocó el turno al dueño de la cabra, este corrió y trató de venderla a una finca vecina pero fue atrapado por sus hermanos. Le quitaron la cabra que quedó a cargo de otro hermanito menor. El hermanito menor no sabía como ordeñarla y le dijo a sus hermanos que la cabrita está mala. Como la cabrita ya no producía leche decidieron hacer un asado. El dueño de la cabrita les rogó que se la devolvieran, que el la ponía a producir de nuevo. Pero Huguito hizo oídos sordos y canto una canción de asado y se comieron a la cabrita.

El dueño de la cabrita y el dueño del marranito no aguantaron la tristeza y se fueron de la finca a vivir a una finca vecina donde ayudaban con el arado y las labores de la casa. Solo quedó el hermanito dueño de la gallina, que decidió colaborar con Huguito a cambio del maíz para alimentar la gallina.

Con el paso del tiempo los hermanitos menores descuidaron a las vaquitas. A una vaquita no la ordeñaron se le inflamaron las tetas, se enfermó y murió. Otra vaquita se cayó en una zanja, no le cuidaron la patica y se murió. Una a una se fueron muriendo las vaquitas, hasta que quedaron solo tres. Nadie se hacía responsable de las vaquitas porque las estas eran de todos y de ninguno. Huguito estaba furioso y le echaba la culpa al dueño de la gallina, lo culpó de matar las vaquitas con la ayuda del lechero. La historia no tenía sentido, pero sus hermanitos menores se creyeron la historia porque la dijo cantando y cuando Huguito cantaba todos le creían.

Como solo quedaban tres vaquitas las cosas en la finca no se pusieron muy bien. El dinero de la venta de la leche no alcanzaba, además Huguito le había prometido mucha leche a Evito, a Fidel, a Cristina y a medio pueblo. Entonces Huguito decidió recurrir al lechero y le dijo que le prestara dinero que el le pagaría con leche en el futuro. El lechero le pago por anticipado 2 años de leche y Huguito hizo una fiesta para festejar, sus hermanos lo adoraban. Luego a Huguito se le volvió a acabar el dinero y el lechero le volvió a adelantar dinero, Huguito armó otro fiestón. Así Huguito fue hipotecando su futuro y haciendo feliz a sus hermanos. En las fiestas maldecía al lechero y pero sus hermanos ignoraban que el lechero ya era dueño de la finca. Lo único que hacía sospechar a los hermanos es que muchas veces no había agua para bañarse y el le echaba la culpa al dueño de la gallina. Otras veces no había luz y le echaba la culpa al dueño de la gallina y amenazaba con quitársela. Otras veces no había huevos y también le echaba la culpa al dueño de la gallina, aunque este les explicaba que la gallina sin maíz no producía huevos Huguito lo acusaba de esconder los huevos y comérselos a escondidas.

Un día Huguito por no bañarse bien, lo hacía en solo tres minutos, cayó muy enfermo. Como no confiaba en sus hermanos y sospechaba que el lechero vendría a cobrarle la deuda decidió irse a vivir con el viejito Fidel. Desde su lecho de enfermo encargo a Madurito que se encargara de la finca. Madurito era el mismo que había cuidado al marranito y a la cabrita. Lo escogió porque era el que más experiencia tenía.

Al poco tiempo Huguito murió y como era de esperarse le echaron la culpa al lechero y al dueño de la gallina. Sus hermanitos se pusieron muy tristes y lo lloraron siete días y siete noches. Lo lloró Evito, porque ya no tenía quien lo cuidara, lo lloró Cristina porque ya no tendría para comprar nuevos zapatos, lo lloró Danielito ya no tendría quien le comprase licor. Pero sobre todo lo lloró Fidel, Huguito era el único que le regalaba leche y dinero.

A ver niños:
  • ¿Qué creen que pasará con la finquita de Huguito?
  • ¿Qué harán los hermanitos con Madurito cuando se den cuenta que la finquita ya no les pertenece?
  • ¿Qué harán cuando se den cuenta que la gallina no produce huevos para todos?
  • ¿Matarán la gallina y se la comerán?
  • ¿Volverán los hermanitos que eran dueños del marranito y la cabrita?




Sigueme en twitter
 Y si te gustó compartelo